martes, 22 de septiembre de 2015

Encuentro de mi madre con la doctora imbécil

Mira que el gobierno se esfuerza por garantizar los recursos y calidad de vida a las personas que van a policlínicos, medico de familia y hospitales pero bueno, parece que en Cuba siempre aparece una persona imbécil que mancha más la imagen del país.

En fin el relato es el siguiente:

Esta mañana mi madre y mi tía fueron a un turno con la fisiatra para dar seguimiento a su recuperación. El trato fue magnífico y le recomendaron más sesiones de fisioterapia. Hace unos días que mi madre ha estado padeciendo de un dolor agudo en el oído y acordamos que ese mismo día aprovechara y pasara por el cuerpo de guardia en la clínica ubicada al lado del centro de rehabilitación.

Al llegar mi madre con mi tía al cuerpo de guardia, le explicaron la situación a la doctora de guardia.
Quien sin examinar a mi madre, con mayúscula indiferencia les dijo: "No se te puede hacer nada porque aquí no tenemos nada, para ver tu problema deben ir al hospital nacional."

Mi madre quedó anonadada con el trato de la doctora, la que se dio cuenta y le preguntó con mirada despectiva si se quería inyectar, a lo que mi.
-- No gracias, ya me tomé dos Duralginas y un naproxeno.

De regreso a la casa pasaba la doctora del medico de la familia, quien a pesar de no tener los instrumentos, fue atenta y examinó toda el área del oído afectada. Y le orientó por receta médica unas gotas para el dolor por 48 horas y si no mejoraba entonces le remitirían al hospital nacional para hacerle un lavado de oído. Además, le comentó que allá en el Hospital Nacional tampoco hay personal medico de guardia en otorrino.

En fin.
La potencia médica y sus deficiencias minada de gente incompetentes e instituciones carentes de recursos bloqueados doblemente: nacional por personas incompetentes e internacional por el "brutal y genocida bloqueo impuesto por el imperio norteamericano por más de cincuenta años" que conste que existen los dos.

Ya ni se cual de los hace más daño.

viernes, 29 de mayo de 2015

La Ciudad Escondida. Capítulo II Retrospectiva.


SARA I


Son las 7 Am, Sara apenas puede aguantar el dolor de cabeza por estar toda la noche mirando una una novela que le copiaron del paquete de la semana.

—Ay Sara, ¡No puedo creer que vayas a llegar tarde otra vez al trabajo Ella frota su larga cabellera castaño obscuro. Este juego me va a costar el empleo, tengo que ponerme para las cosas, por mucha estima que me tenga el jefe, si caigo de nuevo no habrá contemplaciones. —miró su reloj, alcanzó el teléfono celular encima de la mesa y envió un mensaje de texto a su colega en la oficina.

Hermana, por favor ayudame 15 minutos con el trabajo, llegaré un poquito tarde, gracias de antemano. Sara”
—Está hecho ¡Hay tengo que vestirse rápido que no queda mucho tiempo! Espero que mi compañera pueda aguantar el tiempo que le pedí. ¡Estoy molida! A un gustazo, un trancazo —dijo para si sonriendo y resolvió agilizar el ritmo— ya está bueno, andando que se quita el frio.

En veinte minutos estaba en las puertas de su trabajo..

Sara es la segunda asistente de la secretaria de Daniel; actual Director de Marketing y Relaciones Públicas de la nueva Empresa Cubano China de automovilismo “Moyota”. Ubicada en la Calle 23 frente al antiguo parque “El Quijote” del Vedado. Seis años atrás en ese lugar existió un edificio de dos pisos con un parqueo de 50 metros cuadrados aproximadamente. La planta baja del inmueble contaba con un restaurante de productos del mar colindando con otro restaurante privado frente al mismo parque. Meses más tarde se negoció la compra de los dos locales y la propiedad superior con el espacio del garaje, y para buena suerte de los nuevos propietarios, el edificio se encontraba en tan mal estado, que patrimonio ni se inmutó cuando se procedió a demoler todo lo que existía en ese pedazo de terreno.
La construcción del nuevo establecimiento de oficinas duró 6 meses y para que no sobresaliera al diseño del resto de los edificios colindantes, se acordó no sobrepasar las 3 plantas, y su fachada plantearla parecida a la del banco ubicado frente a la antigua Agencia Internacional de Información (AIN).
Espero que Daniel me perdone. No sé que me pasó, no advertí el pasar de las horas. Esta vez me van a matar en la empresa.

Su colega estuvo puntual en la oficina y preparó las condiciones para que cuando llegaran los jefes la ausencia de Sara fuera lo menos notada posible. Daniel no había llegado aún porque estaba en los preparativos finales de aniversario y la jefa de despacho estaba en el aeropuerto recibiendo a una delegación de Canadienses con interés de invertir en la empresa .

—Que suerte, los jefes no están. —Pensó aliviada—. Gracias por cubrirme el puesto, cuando necesites de algo sin problemas te ayudo está bien. De todos modos prometo que fue por esta vez. —La otra muchacha respondió inclinando levemente su cabeza hacia delante e ipsofacto regresa a sus actividades—.
—Bueno, voy para la oficina a revisar los correos y preparar los informes de Daniel, seguramente el está contando conmigo para la presentación de esta tarde.

Daniel y Sara se conocieron en el Lobby del Hotel Copacabana en una convención sobre las buenas prácticas de comunicación en las corporaciones. Fue my simpática las circunstancias en las que se encontraron, al principio, Sara pensó que el estaba interesado en ella sexualmente por la manera penetrante de mirarla, aunque la verdad ella estaba loca por echarle el diente.
Nunca un hombre me había mirado de esa forma —pensó—.
A Daniel le sucedía algo parecido, pero no en el modo sexual, era un hecho de que si había algo de morbo en sus miradas, pero nada que ver. Estaba recién casado y se acababa de mudar con Ricardo al Hotel Habana libre y no sentía ánimo alguno de enrolarse nuevamente con una mujer, no obstante, había algo que sobremanera llamaba la atención en la muchacha, así que decidió abordarla en cuanto terminó el evento.
Hola, ¿Cómo estas? Movido evento ¿Verdad? A propósito, mi nombre es Daniel, Presidente ejecutivo del área de Comunicación y Marketing de la Corporación Moyota S.A. —dijo estrechando las delgadas manos de la joven muchacha—.
No es la firma de autos China?
Si, la misma —Le entregó su tarjeta de presentación—. No suelo ser tan expresivo, pero la verdad hay algo en usted que me ha llamado la atención.
Gracias, muy amable, mi nombre es Sara. Soy técnica en trabajos de oficina y recibí entremiento para estudios de mercado y marketing comercial. —se sonríe. hablando en buen cubano, secretaria. —sonríen ambos—.

Por Dios, pero si es casi idéntica a la primera novia que tuve—dijo para si mientras seguía atentamente la explicación de la joven.

Sara mide aproximadamente un metro setenta, tiene los ojos verdes, piel blanca con algunas pecas, y un cabello castaño claro al estilo masculino que por su compostura física le hacían ver muy atractiva en aquel lugar.
—¡Pero que lindo es, que galán!. Si mi novio me oye me mata, je je —dijo Sara para si mientras observa detenidamente las manos de Daniel y se percata del anillo en su mano izquierda—. A ver en qué dirección va esto. —se dijo para si con recelo—.

Me gustaría invitarle a beber algo, si no le es inconveniente alguno —Dijo persuasivo—. Yo pago. No te preocupes, no es lo que te imaginas, estoy casado y no tengo intenciones de ser infiel.
Uff menos mal —dijo para si relajada—. Está bien, sentémonos en la cafetería del hotel Copacabana, — asintió más calmada y señaló la cafetería en la terraza—, me han dicho que tiene una excelente vista al mar.
—¿Y qué esperamos? Vamos —respondió—. Sabes, nunca he estado en esa parte del hotel.
Yo he estado dos veces, —responde ella—. La primera vez fue con mi padre y la segunda con mi actual novio.
Que bien, entonces serás mi guía, —bromeaba mientras subían los escalones que conducen a la cafetería—.
Eres muy simpático —sonrió Sara—, mira sentémonos en la esquina que está cerca del Helecho gigante —indicó. Ahí hay una mejor vista de la puesta de sol.
Creo que será una charla muy interesante,
¿Tu crees?
—Estoy convencido de ello, de hecho creo que seremos buenos amigos, y según lo que me has contado de tu experiencia profesional, me gustaría que mi jefa de despacho tuviera una asistente como usted.
—Por favor, que podemos tutearnos —reprendió Sara con jovialidad—.
—Está bien, rectifico. Una asistente como tú, aunque aclaro que tienes que demostrar tu capacidad y eficacia

.—Se sientan—.

¿Deseas comer algo? Yo estoy herido y no de bala, esas 6 horas seguidas de conferencia en conferencia me dejaron el estomago vacío. Pide lo que quieras . Yo tomaré un jugo de pera y un emparedado de vegetales con atún.
—Creo que tomaré lo mismo que tu, pero el jugo lo cambiaré por una cerveza. —respondió—, y para picar unas aceitunas con queso blanco.

Continuará...

jueves, 28 de mayo de 2015

Mi ciudad escondida. Capítulo I

La Ciudad Escondida


Esta es la historia de muchas personas alrededor de un joven, quien a pesar de lo difícil que se le pusieron las cosas, nunca dejó de luchar por obtener la satisfacción profesional y espiritual en su vida. Estuvo involucrado en relaciones muy complicadas, por lo que usualmente era blanco de humillación y exclusión... No obstante, los conflictos nunca dejaron que perdiera sus metas de vista y a través de muchos años de trabajo sacrificado hizo valer su nombre en todas los estratos de la sociedad cubana del siglo XXI.

Aparte:

Este es mi sueño, el que quise construir, donde quise llegar, y "no pude". Gracias a literatura descubrí que todo lo puedo conseguir, hasta los caprichos más tontos, porque aquí tengo la capacidad de soñar, volar, olvidar los prejuicios, las limitaciones, y ser libre, total, si al final todos desapareceremos y nos convertiremos en polvo cósmico o simplemente seremos olvidados, yo dejaré escrito aquí lo que deseé conseguir y lo que soñé un día, además de sueños de otras personas que en mi imaginación quise hacer sus sueños realidad y me tomé la libertad de construir una historia de vida que fuera coherente con sus realidades o que se ajustara a mis caprichos de soñador aficionado a la escritura .


Luis Rondón Paz. 28 de Mayo de 2015 11:11:50 PM, La Habana. Cuba.


CAPÍTULO PRIMERO. EL FINAL DEL COMIENZO.


Daniel es de complexión no muy delgada ni muy gorda, su estatura picando el metro setenta. Sus ojos parecen de color café, cuando en realidad son verdes miel, y su pelo es castaño oscuro. Nació y se crió en Santiago de Cuba, región donde vivió hasta los veintidós años.
En la actualidad Daniel tiene 36 años y vive en La Habana. En la pared de su habitación hay 3 diplomas: Licenciatura , Maestría y Doctorado. Tiene un buen empleo, y todo queda relativamente cerca de su casa, perdón, quise decir apartamento. El cual cuenta con un aproximado de 362 habitaciones, 200 de 2 cuartos, recibidor y baño, 30 suits, 20 oficinas, y Las restantes tienen su propia cocina, recibidor, comedor, y una habitación matrimonial sencilla dotada de todas las comodidades del renovado hotel Habana Libre .

Desde la ventana de su habitación ubicada en el piso14, miras a la derecha y se puede apreciar buena parte del malecón habanero y La Rampa, un poco más la izquierda, casi de frente quedan vestigios del antiguo Cine Yara, actualmente convertido en Cabaret Centro Comercial contrastando con la nueva imagen del centro cultural de cuatro pisos "Heladerías Nuevo Coppelia".

La cocina del inmueble generalmente no se usa mucho, cuando hace hambre se puede bajar al restaurante o solicitar servicio de habitación.
En este sitio la rutina de los habitantes raramente cambia: de lunes a viernes en el horario de 6 Am a 7 y 15 AM se da inicio la tradición deportiva: levantarse, lavarse la cara, asearse, tomar un jugo de naranja o agua con néctar de limón, vestirse adecuadamente y bajar al gimnasio por el elevador de secundario.
En el gimnacio generalmente hace 45 minutos de ejercicios:aerobicos para quemar calorías, y 15 minutos haciendo pesas sin exagerar pues él lo único que le interesa es mantener la forma. Al finalizar se regresa al al apartamento por el mismo elevador.

En la habitación se dirige directo al baño a por una duchacaliente para remover el sudor del cuerpo.

Estoy como nuevo. —Dice para si mientras alguien le señala desde la habitación que el desayuno ya está servido.
– ¡Que bien! El servicio de habitación trajo lo que pedí esta mañana cuando nos despertamos: huevo hervido y jugo natural. ¿Me ayudas a vestirme por favor? Mira, alcanzame la corbata que está colgada en la esquina del armario,donde está el vestuario de ocasiones, el que parece de etiqueta, si esa misma, la del borde color vino tinto.Gracias.

Cuando terminaron el desayuno, Daniel estaba listo para partir, antes hizo un par de llamadas telefónicas y verificó el plan de trabajo para la semana.
Se despidió con un beso, y caminó hasta la puerta del elevador.

—Deja ver si me falta algo. --Dijo para si mientras revisaba su carpeta. 

Bueno, todo está en orden.

El recibidor del hotel es un lugar donde las personas socializan un poco, Daniel suele siempre quedarse unos minutos conversando con los empleados antes de emprender camino al trabajo localizado a quinientos de su apartamento 

 —Oye Daniel, ¿Por qué no te compras  un auto nuevo, Cuba es país líder en la producción, y a ti por ser uno de los principales accionistas te sale a mitad de precio, no creo que te venga mal, no crees?—.

Este es Paco, un viejo amigo de Daniel de la infancia que por cosas de la vida, 20 años después coincidieron en una actividad del hotel. Eso fue hace dos años. Daniel lo vio pero no le reconoció enseguida, pero en cuanto se acercó y escuchó su voz enseguida supo quien era el dueño de esa jovialidad y peculiar carácter bromista que le hacia centro atención.

Daniel regresó de China y estaba adaptándose a su nuevo estivo de vida. Antes vivía alquilado en un apartamento en el municipio playa, aunque en realidad pasaba más tiempo en una casa del Vedado que en la suya propia.

Cuando se instaló en el Habana Libre, no era de esperarse coincidir con un viejo colega. Pero reconoció su vos enseguida.

—¿Quién diría que sería el portero del lugar?¿Será posible que después de tanto tiempo el destino los iba a reencontrar?—.
Pues si, se reunieron de una forma bastante distinta, teniendo en cuenta que antes Paco era el tipo del año y Daniel tenía una mano delante y otra detrás, era razonable teniendo en cuenta sus 16 años y los 25 del viejo amigo.

Pero como dice el dicho: no van bien los de alante si los de atrás no andan bien, 20 años después Daniel se hizo todo un empresario y paco no llegó más allá de portero de hotel. Que no quiero decir que es un mal empleo, pero pudo llegar más lejos si no hubiese caído en la desgracia.

—Paquito ¿Qué se cuenta?.¿Cómo está la doña? ¿Y los muchachos?
—Ellos están bien, la vieja está en la cocina y los muchachos para la universidad. Yo aquí, en lo de siempre, alegrándome la vida y la de los que me rodean...
—Si ya veo, pero bueno, te diré que paso de hacerme de un auto nuevo. Ricardo y yo compartimos el auto, lo usa siempre el porque su trabajo queda más lejos. A mi en estos momentos no me hace falta a excepción que deba trasladarme a provincia, porque mi trabajo queda a dos cuadras. Tendré en cuenta tu recomendación. —Le Dijo despidiéndose haciendo la seña de los dos dedos de su mano izquierda.


Continuará...

Cambio

He reflexionado un poco y, creo que he demorado mucho en finalizar mi novela. Por lo que e determinado publicar lo que he escrito hasta ahora, quizá de ese modo logre terminarla.

No publicaré otro texto en este espacio hasta que termine la novela.