En toda la melcocha narrativa de este
cuento realista jugaré un poco con mis sentidos del humor, por lo
que en esta historia los protagonistas serán tres seres, mi ego
bueno(yo n.1), mi ego venenoso (yo no. 2), y mi ego que se encarga de
jugar el rol de arbitro en la tormenta de ideas que aconteció la
pasada tarde noche al interior de mi cerebro (yo n. 3 “el
raciocinio”):
La historia comienza a las 10 AM cuando
una colega del Proyecto Arcoiris me avisó que debía presentarme en
la Misión de Puerto Rico a eso de las 7 pm ubicada en la calle 22
n. 511, % 5ta ty 7ma, en Miramar – Estás invitado con otra colega
nuestra como parte del proyecto – me dijo vía telefónica.
Horas más tarde, sobre las 5 PM estaba
yo ubicando la dirección. Al llegar con una hora y media de
antelación, aproveché el tiempo libre para continuar la lectura de
una de las novelas recientes de Leonardo Padura – que dicho sea de
paso me tiene enganchado el estilo de escritura. Y leí por un buen
rato sentado en uno de los bancos de 5nta avenida.
6 de la tarde y 25 minutos. Es buena
hora para hacer acto de presencia, dijo el yo No.1 a lo que los otros
2 yo, estuvieron de acuerdo y me trasladé hasta el sitio.
– buenas tardes ¿Vienes para la
fiesta?
No tuve tiempo de responder si era una
fiesta, solo puse un rostro de sorpresa, porque la verdad pensé que
era una reunión informal en donde se conversaría sobre proyectos,
conocer gente de otras regiones y beber algo.
– bueno, creo que si, me citaron para
las 7, supongo que si. – le respondí con timidez.
– Adelante, eres el primero en
llegar, siéntese donde usted desee. – y me guió al patio donde
estaban las mesas.
Como estaba solo un poco aburrido, fui
alentado por los 3 yo para continuar con mi lectura.
Pasados 15 minutos de las 7 aparecieron
dos muchachas con un ánimo muy alegre, en su rostro denotaban ganas
de invitarles a un trago y platicar toda la noche, la mayor de las
dos sobre todo, a quien por el modo en que nos miramos inferí
conocerla de algún sitio. En ese instante el Yo n.1 me recordó que
ella pertenecía al Dpto Jurídico del CENESEX.
– Humm, mira a ver cómo te
relacionas con ellas – dijo el Yo n.2
– Deja el veneno que ellas no están
en nada compadre, deja la paranoia – replicó Yo n.1
El Yo no. 3 observaba desde la parte
más frontal de mi cerebro y decidió cortar el debate entre los
otros dos yo e invité a las dos chicas a sentarse en mi mesa.
– Y esta mesa está ocupada? Preguntó
la más joven.
– No, estoy esperando a una persona
solamente. Sean mis invitadas. Igual me parece conocido tu rostro –
le dije a la mayor con una de esas miradas que se dar, tan dulce como
la miel y penetrante como los rayos X.
Veinte minutos más tarde llegó una
pareja, el varón dudó en varias ocasiones para sentarse a la
mesa, entonces su pareja quien el presentó como su esposa dijo que
la mesa donde estaba yo sentado se había reservado para los
trabajadores del CENESEX..
– VEz ya empezamos mal, dijo el Yo2.
Por algún lugar tenía que salir el asunto de las reservas ¿acaso
no es esto para socializar? Que cada cual se siente donde quiera y
después se junten o se separen?
– no te dejes provocar – dijo
sosegado Yo1.
Yo3 no hablaba mucho, solo daba las
ordenes finales a mi cuerpo y yo, muy obediente de ante la razón,
cargué mis cheles y me mudé a otra mesa con mi sonrisa de 31 años.
– Aclaro, me mudé de mesa pero igual
me interesa socializar con ustedes – les dije a las dos muchachas
con quién había platicado un rato antes de que llegara la noticia
de “pirarme de la mesa reservada”.
– Que cínico eres chico – dijo el
yo n2.
– ¿Por qué ofendes a Luisito de esa
manera chico? Eres venenoso papá, deja fluir las cosas el hizo lo
correcto, además el tiene nada en contra de esas personas tan
agradables a primera vista, porque tú no conoces a ninguno de ellos
–reprimió Yo n.3. Es más, yo le ordené que tomara esa actitud.
Así que estate tranquilo y copera.
– Toma por venenoso – se mofó Yo
n.1.
La noche llegó rapidísimo y con ella
el resto de las personas invitadas al lugar, todo muy chévere para
mi gusto, entablé nuevos contactos, me re-encontre con viejos amigos
y nos pusimos a dar chucho. Parecía que por primera vez en mucho
tiempo los Y egos estaban de acuerdo en algo:
– Viste viste? En la mesa de allá?
Todos están en parejas heterosexuales, no hay ni una pizca de pluma
en el ambiente – dijo el Yo no. 2 con tono insidioso.
– Ay, es verdad. Estarán en Varadero
todas? – Se mofó el Yo n.1 esta vez. Oye mira a ver ese comentario
que está un poco fuera de lugar, menos mal que no nos escucha nadie
aquí dentro del cerebro de luis.
Estaban equivocados los 2 Yo. Ahí fue
que como por acto de magia uno de los comensales en mi mesa comentó:
– parece que en aquella mesa la diversidad sexual se fue abolina,
todos tienen novia. – Si, eso parece. Pero bueno, que viva la
diversidad, aquí estamos todas y todos. – Dijo el Yo n.3 cerrando
el debate entre los otros dos yo.
Al final los tres Yo acordaron pasar de
página ese asunto y crecerse ante cosas tan triviales y poco
importantes, de todos modos lo positivo de la reunión en general
fueron las relaciones establecidas y, para bien del Proyecto
Arcoiris, se reconoció su existencia ante todas las personas
presentes (instituciones cubanas y extranjeras).
Fue enriquecedor el encuentro y
demostró que la lucha por el reconocimiento de los derechos sexuales
de las personas (desde otras organizaciones con carácter socialista)
ya es indetenible, es hacia adelante sin marcha atrás. Por muchos
que perezcan en el camino, otros seguirán.
Aquí algunas fotos de la actividad:
Aquí algunas fotos de la actividad:
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