jueves, 28 de febrero de 2013

Creencias irracionales, prejuicios y mis reflexiones


Es increhible el como juega el cerebro las pasadas mas desagradables de la vida.
Así reflexionaba respecto a una situación que se me ha presentado en mi casa, sucede que en casa ha llegado un visitante que de antemano mi madre conocía de su llegada, mas yo no...

Llegando del trabajo y me encuentro con la sorpresa y me digo, ¿Eh y este que hace aquí? Se aparece así sin avisar, en la Habana esto no es así, aquí las cosas están bien planificadas, la economía apenas alcanza para comer y todo esta bien apretado...

Esa fue la primera jugada en mi subconciente, poniendome frente al prejuicio sin escuchar antes de qué iba la cosa, pero no obstante hice preguntas que fueron respondidas por mi madre aclarando así mi inquietud respecto a la “inesperada” visita ( ella me comentó que conocía de su llegada y yo estaba despistado). Por otro lado me explicó dos días después sobre el personaje en cuestión, estaba en una situación un poco embarasoza, me explicó que el motivo de su visita por la Habana es producto de unos estudios indicados desde la provincia relacionado con una ITS. Lo que implicaba que se quedaría haciéndonos compañía por un tiempo medianamente extendido.

Por mi parte no hubo que objetar, aunque dejamos ambos claros que si en el tiempo que estará en hospedado en nuestra casa no se hace de un empleo tendría que regresarse para Santiago de Cuba.
Le comentaba a mi madre en tono de broma sobre mis prejuicios respecto al visitante lo insano de pensar así... A ver, realmente no pienso así, es la creencia irracional fastidiando al interior de mi subconsciente producto de esquemas construidos en la sociedad cubana respecto al status de inmigrante y sus peyorativos sumados al rumor generalizado de que todos/as son malos/as y vienen a la capital a ocupar y aprovecharse de quienes ofertan solidaridad.

Es un pensamiento algo complicado, desde mi interior hice el comentario a mi madre de lo incorrecto que es este tipo de creencia, incluso argumentaba mi preparación al respecto que impide pensar así, actuar mucho menos teniendo en cuenta que se está hablando de una persona que estará temporalmente en casa y se encuentra en la necesidad de ayuda. Además, es como si fuera un hijo para ella y lo acogió con mucho cariño...

Mientras mi madre y yo dialogabamos sobre mis prejuicios bromeabamos de que si yo, que he adquirido un nivel cultural moderadamente alto teniendo en cuenta otras familias del barrio donde vivo, no me puedo imaginar como reaccionarían las personas que actúen basándose en las ataduras mentales que ¨señalo¨ no son tan irracionales en algunos casos, por lo tanto confiado, pero alerta.

En ese punto que me di cuenta que las personas pueden ser cultas y preparadas en demasía, aparentemente confiadas pero cuando se trata de convivencia el juego se pone bastante difícil. Hay códigos y contratos establecidos entre los que conviven un buen tiempo que pueden ser violentados por un agente externo, eso choca para muchos/as se mantienen a la defensiva para evitar que su espacio sea invadido.

Mirando desde una perspectiva mas amplia me queda bastante claro que el ser humano está en una constante lucha básicamente contra prejuicios y creencias irracionales, me percaté que creí haber desmontado eso de mi cerebro, reflexioné en profundidad en qué debo desalojar de mi subconsciente, ser más objetivo y esperar como fluyen las cosas antes de emitir un criterio sobre otra persona, podría predecir un criterio válido teniendo en cuenta experiencias de vida, pero de lo que estoy convencido ahora más que nunca, es mi deber constante para la superación personal en aras de mejorar la calidad humana.
Está supuesto que no es saludable confiar totalmente, las reservas son pertinentes en algunos casos ya que si se es demasiado confiado con otros/as, se podría estar haciendo el papel de idiota.

En fin que todo se basa en mantener un balance coherente en las relaciones de convivencia sociales interpersonales ¿Cómo mantenerlo? Las herramientas hay que inventarlas a partir de experiencias de vida de otros y particulares. La solución no la tengo, pero al menos el prejuicio y la creencia irracional la tengo en la mira constantemente para en cuanto pretenda salir al exterior erradicarla desde la fuente con objetividad y razonamiento lógico, y si no me funcionan, pues ya me valdré de libros o de especialistas en asuntos relacionados con el psicoanálisis.

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