lunes, 28 de abril de 2014

Lo que me tocó de la "potencia médica en Cuba"

El policlínico de Santiago de las Vegas, como muchos del país han sido liberados de una serie de servicios que, según la Dirección Nacional de Salud Pública, significan un gasto innecesario para el país.
Policlinico de Santiago de Las Vegas
Policlinico de Santiago de Las Vegas

Realmente no tomé muy en serio esos argumentos, total, si al final siempre hacen lo que les viene en gana e ignoran las minorías… pensé mientras me trasladaba al centro de rehabilitación de Santiago de las Vegas con mi madre y mi tía el pasado viernes en la mañana. – Mijo, ¿puedes llegar al policlínico y sacarme un turno con el onlcólogo?
– En cuanto lleguemos de inmediato gestiono eso y mi tía se queda aquí contigo por si hace falta algo. – le dije –
Al llegar al centro de rehabilitación vimos que la tecnóloga se encontraba sola en el gimnacio y le preguntamos por el resto del personal.
El centro de Rehabilitación de Santiago de Las Vegas hoy no cuenta con el personal necesario para satisfacer la demanda de la población
El centro de rehabilitación de Santiago de Las Vegas hoy no cuenta con el personal necesario para satisfacer la demanda de la población

– De 10 especialistas que necesitamos para trabajar bien, solo hay 5. – explicó. Ya te puedes imaginar como estamos, no damos a basto, menos mal que esto está suave hoy, porque hay días en los que hay que regresar pacientes a su casa porque no podemos atenderles. Entiendo – le dije y me trasladé al edificio de al lado para gestionar el turno medico con el oncologo.
Eran las 9:30 AM, hora en la que usualmente hay mucho personal esperando para hacerse análisis o recoger resultados. A dos metros de la entrada vi una señora sentada en un buró y le abordé para conseguir alguna información.
– Buenos días, ¿podría usted informarme cuando está el oncólogo en el policlínico?
Ella, muy amable me orientó que hacía un tiempo bastante largo el centro hospitalario de Santiago de las Vegas no estaba prestando ese servicio, por lo que estaba prestandose en Rancho Boyeros.
– Si quieres me traes la historia clínica de tu mamá y su carnet de identidad y por teléfono reservo un turno para que ella se trate. – dijo resuelta.
– Chica, el problema es que mi madre tiene dificultades para caminar, cuando está mucho tiempo sentada el dolor que siente es insoportable y no se si soporte la turbulencia del P, además de que en estos momentos no tengo dinero para pagar una máquina que nos lleve hasta Boyeros, esperar la larga cola y después nos traiga. Pensé darle esa descarga, pero contuve la postura.
– Muchas gracias.
– De todos modos si deseas puedes preguntar en la dirección, ahí darán más información al respecto. – Indicó señalando las escaleras un metro a mi derecha.
– Eso haré. – le regalé una sonrisa como muestra de agradecimiento y subí las escaleras en busca de la oficina.
En la dirección, se me explicó que la oncóloga había pedido la baja, por lo que actualmente no estaban dando consultas.
– ¿La dirección no convocará a alguien a ocupar esa plaza? – pregunté a la mujer sentada frente a la puerta –. El oncologo supongo es para darle seguimiento a las personas operadas de cáncer ¿no?
– Mijo eso lo tiene que tratar la dirección provincial de salud, aquí estamos atados de manos. –dijo con desencanto.
Nuevamente la burocracia hace de las suyas, reflexione irónico para mi interior. –Es que soy un niño y se nada de medicina, pero la realidad ha demostrado que, el discurso oficial y su verdad de los policlinicos municipales, distan mucho del de Santiago de las Vegas.
Y mi ego me golpea una vez más con sus palabras – Que ingenuo eres, ¿Acaso nunca aprendes? No has entendido que todo es un juego? El poder es quien mueve las fichas, tu eres una, haz un buen papel o serás eliminado. Esas palabras cruzaban mi mente al escuchar la empleada de esa institución.
– Entonces? –No hubo respuesta alguna, solo una expresión de dolor.
Luego añadió que antes en ese lugar se hacía Regulación menstrual, Parascopía, ultrasonido y Rayos X, este ultimo por problemas con la climatización tuvo que cerrar hasta nuevo aviso.
– Creo que debe existir una persona que de seguimiento a este asunto. – Le dije, pero fue en vano, era obvio que estaba fuera del alcance de sus manos hacer algo al respecto, solo hacerse cómplice de la burocracia imperante –.
Cuando regresé a recoger a mi madre y le hice la historia ella no hubo mucho que decir:
–Mijo, para eso mejor vamos al Hospital Nacional, esto es lo que nos toca de la potencia médica.
¡Ohh si, muy potente, polarizada y contaminada! Ojalá y se descontamine a tiempo, porque sería una pena para la gente de a pie y para el país en general. – reflexioné.
– No te preocupes, que por todos los medios trataré de que el ómnibus. sea mi última jugada. –Concluí.
No me extrañó mucho la situación de Santiago de Las Vegas, pero no pude evitar insultarme cuando en la televisión (Mesa redonda) se hablara con tanto entusiasmo o ¿empacho? de la calidad y la atención al paciente en Cuba.
Yo creo que desde mi praxis, sin animo de ofender, la “calidad” está por verse.
Solo queda continuar buscando el dinero para poder trasladarme rápido y cómodo hasta el Hospital Nacional, donde siempre hay oncologos y una extensa fila de personas de todo el municipio en espera. Y rezo a diario, por nunca enfermar y mi madre se mejore lo más pronto posible.

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