jueves, 28 de mayo de 2015

Mi ciudad escondida. Capítulo I

La Ciudad Escondida


Esta es la historia de muchas personas alrededor de un joven, quien a pesar de lo difícil que se le pusieron las cosas, nunca dejó de luchar por obtener la satisfacción profesional y espiritual en su vida. Estuvo involucrado en relaciones muy complicadas, por lo que usualmente era blanco de humillación y exclusión... No obstante, los conflictos nunca dejaron que perdiera sus metas de vista y a través de muchos años de trabajo sacrificado hizo valer su nombre en todas los estratos de la sociedad cubana del siglo XXI.

Aparte:

Este es mi sueño, el que quise construir, donde quise llegar, y "no pude". Gracias a literatura descubrí que todo lo puedo conseguir, hasta los caprichos más tontos, porque aquí tengo la capacidad de soñar, volar, olvidar los prejuicios, las limitaciones, y ser libre, total, si al final todos desapareceremos y nos convertiremos en polvo cósmico o simplemente seremos olvidados, yo dejaré escrito aquí lo que deseé conseguir y lo que soñé un día, además de sueños de otras personas que en mi imaginación quise hacer sus sueños realidad y me tomé la libertad de construir una historia de vida que fuera coherente con sus realidades o que se ajustara a mis caprichos de soñador aficionado a la escritura .


Luis Rondón Paz. 28 de Mayo de 2015 11:11:50 PM, La Habana. Cuba.


CAPÍTULO PRIMERO. EL FINAL DEL COMIENZO.


Daniel es de complexión no muy delgada ni muy gorda, su estatura picando el metro setenta. Sus ojos parecen de color café, cuando en realidad son verdes miel, y su pelo es castaño oscuro. Nació y se crió en Santiago de Cuba, región donde vivió hasta los veintidós años.
En la actualidad Daniel tiene 36 años y vive en La Habana. En la pared de su habitación hay 3 diplomas: Licenciatura , Maestría y Doctorado. Tiene un buen empleo, y todo queda relativamente cerca de su casa, perdón, quise decir apartamento. El cual cuenta con un aproximado de 362 habitaciones, 200 de 2 cuartos, recibidor y baño, 30 suits, 20 oficinas, y Las restantes tienen su propia cocina, recibidor, comedor, y una habitación matrimonial sencilla dotada de todas las comodidades del renovado hotel Habana Libre .

Desde la ventana de su habitación ubicada en el piso14, miras a la derecha y se puede apreciar buena parte del malecón habanero y La Rampa, un poco más la izquierda, casi de frente quedan vestigios del antiguo Cine Yara, actualmente convertido en Cabaret Centro Comercial contrastando con la nueva imagen del centro cultural de cuatro pisos "Heladerías Nuevo Coppelia".

La cocina del inmueble generalmente no se usa mucho, cuando hace hambre se puede bajar al restaurante o solicitar servicio de habitación.
En este sitio la rutina de los habitantes raramente cambia: de lunes a viernes en el horario de 6 Am a 7 y 15 AM se da inicio la tradición deportiva: levantarse, lavarse la cara, asearse, tomar un jugo de naranja o agua con néctar de limón, vestirse adecuadamente y bajar al gimnasio por el elevador de secundario.
En el gimnacio generalmente hace 45 minutos de ejercicios:aerobicos para quemar calorías, y 15 minutos haciendo pesas sin exagerar pues él lo único que le interesa es mantener la forma. Al finalizar se regresa al al apartamento por el mismo elevador.

En la habitación se dirige directo al baño a por una duchacaliente para remover el sudor del cuerpo.

Estoy como nuevo. —Dice para si mientras alguien le señala desde la habitación que el desayuno ya está servido.
– ¡Que bien! El servicio de habitación trajo lo que pedí esta mañana cuando nos despertamos: huevo hervido y jugo natural. ¿Me ayudas a vestirme por favor? Mira, alcanzame la corbata que está colgada en la esquina del armario,donde está el vestuario de ocasiones, el que parece de etiqueta, si esa misma, la del borde color vino tinto.Gracias.

Cuando terminaron el desayuno, Daniel estaba listo para partir, antes hizo un par de llamadas telefónicas y verificó el plan de trabajo para la semana.
Se despidió con un beso, y caminó hasta la puerta del elevador.

—Deja ver si me falta algo. --Dijo para si mientras revisaba su carpeta. 

Bueno, todo está en orden.

El recibidor del hotel es un lugar donde las personas socializan un poco, Daniel suele siempre quedarse unos minutos conversando con los empleados antes de emprender camino al trabajo localizado a quinientos de su apartamento 

 —Oye Daniel, ¿Por qué no te compras  un auto nuevo, Cuba es país líder en la producción, y a ti por ser uno de los principales accionistas te sale a mitad de precio, no creo que te venga mal, no crees?—.

Este es Paco, un viejo amigo de Daniel de la infancia que por cosas de la vida, 20 años después coincidieron en una actividad del hotel. Eso fue hace dos años. Daniel lo vio pero no le reconoció enseguida, pero en cuanto se acercó y escuchó su voz enseguida supo quien era el dueño de esa jovialidad y peculiar carácter bromista que le hacia centro atención.

Daniel regresó de China y estaba adaptándose a su nuevo estivo de vida. Antes vivía alquilado en un apartamento en el municipio playa, aunque en realidad pasaba más tiempo en una casa del Vedado que en la suya propia.

Cuando se instaló en el Habana Libre, no era de esperarse coincidir con un viejo colega. Pero reconoció su vos enseguida.

—¿Quién diría que sería el portero del lugar?¿Será posible que después de tanto tiempo el destino los iba a reencontrar?—.
Pues si, se reunieron de una forma bastante distinta, teniendo en cuenta que antes Paco era el tipo del año y Daniel tenía una mano delante y otra detrás, era razonable teniendo en cuenta sus 16 años y los 25 del viejo amigo.

Pero como dice el dicho: no van bien los de alante si los de atrás no andan bien, 20 años después Daniel se hizo todo un empresario y paco no llegó más allá de portero de hotel. Que no quiero decir que es un mal empleo, pero pudo llegar más lejos si no hubiese caído en la desgracia.

—Paquito ¿Qué se cuenta?.¿Cómo está la doña? ¿Y los muchachos?
—Ellos están bien, la vieja está en la cocina y los muchachos para la universidad. Yo aquí, en lo de siempre, alegrándome la vida y la de los que me rodean...
—Si ya veo, pero bueno, te diré que paso de hacerme de un auto nuevo. Ricardo y yo compartimos el auto, lo usa siempre el porque su trabajo queda más lejos. A mi en estos momentos no me hace falta a excepción que deba trasladarme a provincia, porque mi trabajo queda a dos cuadras. Tendré en cuenta tu recomendación. —Le Dijo despidiéndose haciendo la seña de los dos dedos de su mano izquierda.


Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario