En un principio me gustaba, bailaba y meneaba mi cintura --y de qué manera--.
Pero de hace unos años para acá me resulta repugnante, desagradable y demasiado reiterativo además de chatarroso. Es un producto que se consume de forma obligatoria, como si fuera obli-normado por la libreta de abastecimiento; donde para matar el hambre los primeros días del mes, tienes que espantarte lo que venga, con la diferencia de que lo que toca por la libreta alimenta algo, en comparación con esa "variación del género" que lo que alimenta en su mayoría y en la mayoría del contenido es a la violencia, la vulgaridad y el mal gusto . Al punto que se ha generalizado casi en cualquier medio de transporte público y privado.
Hoy me vi forzado a bajarme de un medio de trasporte privado por causa de lo desagradable que resulta para mis oídos el contenido de las canciones (la letra y lo repetitivo del ritmo), da pena ver al cerebro humano acostumbrándose (adaptado) a lo fácil, ni se molesta en procesar los acordes sonoros -si es que hay algo que procesar- o la letra -si es que se le puede llamar letra a las "interpretaciones de algunos artistas".
Menos mal que luego subí a otra máquina que tenía música indirecta, si. Pero a un volumen moderado y su contenido era completamente distinto a la mierda de música que reproducen los reproductores de sonido en medios de transporte cubanos.
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